Miércoles, 27 de marzo
Un hombre rico mandó a su criado al mercado en busca de alimentos. Pero al poco de llegar allí, se cruzó con la muerte, que lo miró fijamente a los ojos. El criado palideció del susto y salió corriendo dejando tras de sí las compras y la mula. Jadeando, llegó a casa de su amo. - ¡Amo, amo! Por favor, necesito un caballo y algo de dinero para salir ahora mismo de la ciudad... Si salgo ya mismo quizás llegue a Tamur antes del anochecer... ¡Por favor, amo, por favor! El señor le preguntó sobre el motivo de tan urgente petición y el criado le contó a trompicones su encuentro con la muerte. El dueño de la casa pensó un instante y, acercándole una bolsa de monedas, le dijo: - Está bien. Sea. Vete. Llévate el caballo negro, que es el más veloz que tengo. Gracias amo - dijo el sirviente. Y tras besarle las manos, corrió al establo, montó el caballo y partió velozmente hacia la ciudad de Tamur. Cuando el sirviente se hubo perdido de vista, el acaudalado hombre caminó hacia el mercado busca...