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Mostrando entradas de mayo, 2023

Miércoles, 31 de mayo

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  Hoy, último día de Mayo, mes de María, celebraremos la fiesta de la visitación de María a su prima Isabel. Al enterarse de que su prima puede necesitar su ayuda, María no duda en ponerse en camino hacia Ain Karem, donde vivían Zacarías e Isabel.  Hoy vamos a unirnos en oración con una de las oraciones más antiguas de la Iglesia, recogida en el evangelio: el Magnificat que pronuncia María como respuesta al saludo de su prima Isabel. Proclama mi alma la grandeza del Señor,  se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;  porque ha mirado la humillación de su esclava.  Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,  porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles  de generación en generación. Él hace proezas con su brazo:  dispersa a los soberbios de corazón,  derriba del trono a los poderosos  y enaltece a los humildes ,  a los hambrientos los colma de bienes  y a los ricos los despide vacíos.  Auxilia a Israel, su siervo,

Martes, 30 de mayo

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  En este final del mes de mayo, que hemos centrado en María la madre de Jesús,te  invitamos a contemplarla hoy en su amor, en su ternura  para con todos nosotros . Quizás, en el campo de experimentar el amor que Dios nos tiene y de amar a los demás , no podemos tener mejor maestra que María . No sabemos qué ocurría en el interior de la Virgen María, pero viendo cómo vivió podemos intuir las maravillas que se obraban en esa alma.  “ Que María, Madre de la ternura y de la cercanía, sea nuestra maestra de vida y de fe” Oración: Desde el silencio de este día que nace, Señor, venimos a pedirte ser creadores de paz y ternura . Queremos mirar hoy esta sociedad con unos ojos llenos de amor ;  ser pacientes, comprensivos y amables , con todos. Queremos ver, más allá de las apariencias, mirar a los compañeros tal como Tú los ves, para no ver más que lo bueno de cada uno . Cierra, Señor, mis oídos a todo lo que sea calumnia;  guarda mi lengua de todo malquerer;  que sólo permanezcan en nosotro