Martes, 26 de marzo

¡Buenos días familia!


Dijo una semilla:

- Imítame. Húndete bajo tierra, no esperes aplausos. Trabaja en el silencio, y, como yo lo hago, cubre los campos con plantas, flores y frutos.


Dijo el sol:

- Sonríe, déjate ver, ilumina, da calor, sólo así, como yo lo hago, cubrirás tu vida y los campos con plantas, flores y frutos. Imítame.


Dijo la nube: 

- Deja caer la lluvia, fecunda los campos y haz que la Tierra se cubra de plantas, flores y frutos. Imítame.


Dijo un gorrioncillo que lo anterior oía:

- Húndete como la semilla, sonríe como el sol, suda como la nube... De esas tres entregas unidas, surgen las plantas, las flores y los frutos que embellecen el ambiente y dan pan a los seres vivientes. NOSOTROS es la palabra clave, el yo es odioso.


Y agregó el gorrioncillo:

- Sé como Dios. Está en todas partes: en la semilla que se hunde, en el sol que sonríe, en la nube que llora; sin embargo, es invisible.


Al oír al gorrioncillo, la semilla, el sol y la nube se unieron y empezaron a dar gracias a Dios por haberles dado hijos tan bellos como las plantas, las flores y los frutos. El sol, padre orgulloso, al ver la madurez de los trigales dijo:

- Estas espigas son la imagen viva de su progenitor, y volvió a sonreír.


Hoy en nuestra ORACIÓN DE FAMILIA te damos gracias:


Por todas las personas que saben vivir unidas y trabajar en equipo. Por todos los que saben unir sus fuerzas, ideales e ilusiones para llenar el mundo de frutos bonitos. Gracias, Señor, porque nos invitas a ser pueblo contigo y construir tu reino. Gracias, Señor.