Lunes, 22 de septiembre

Para empezar la semana escuchamos la lectura del Evangelio del pasado domingo, en este caso del evangelio según san Lucas:


"En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Un hombre rico tenía un administrador, a quien acusaron ante él de derrochar sus bienes.


Entonces lo llamó y le dijo:

“¿Qué es eso que estoy oyendo de ti? Dame cuenta de tu administración, porque en adelante no podrás seguir administrando”.


El administrador se puso a decir para sí:

“¿Qué voy a hacer, pues mi señor me quita la administración? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa”.


Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero:

“¿Cuánto debes a mi amo?”.


Este respondió:

“Cien barriles de aceite”.


Él le dijo:

“Aquí está tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta”.


Luego dijo a otro:

“Y tú, ¿cuánto debes?”.


Él contestó:

“Cien fanegas de trigo”.


Le dijo:

“Aquí está tu recibo, escribe ochenta”.


Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz.


Por lo que yo os digo: "Ningún siervo puede servir a dos señores, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero».


Palabra de Dios

(Te alabamos Señor)