Miércoles, 29 de enero
Empezaremos situándonos en el Medidor emocional para reconocer cómo nos sentimos y después continuaremos con la Oración como respuesta a lo que vivimos.
Por lo tanto: Tómate un momento, respira tranquilamente y respóndete…
¿La emoción que siento en este momento es agradable o desagradable? ¿Cómo es mi energía?
¿Ahora, mira el Medidor y sitúate en el cuadrante que responda a estas dos variables?
Dejamos unos segundos…
Buenos días familia, hoy en nuestra oración escuchamos:
Pablo, con el rostro abatido de pensar, se reunió con su amiga Laura en un bar a tomar un café. Deprimido, descargó en ella sus angustias... que si el trabajo, que si el dinero, que si la relación con su pareja, que si el sentido de la vida... Todo parecía estar mal en su vida.
Laura introdujo la mano en su bolso, sacó un billete de 50 EUR y le dijo:
- “¿Quieres este billete?”
Pablo, un poco confundido al principio, le contestó:
- “Claro, Laura... son 50 €, ¿quién no los querría?”
Entonces Laura tomó el billete en uno de sus puños y lo arrugó hasta hacerlo una pequeña bola. Mostrando la estrujada pelotita a Pablo, volvió a preguntarle: - “Y ahora, ¿lo quieres también?”
- “Laura, no sé qué pretendes con esto, pero siguen siendo 50 €. Claro que lo cogeré si me lo das”.
Laura desdobló el arrugado billete, lo tiró al suelo y lo restregó con el pie, levantándolo luego sucio y marcado.
- “¿Lo sigues queriendo?”
- “Mira, Laura, sigo sin entender a dónde vas, pero es un billete de 50 €, y mientras no lo rompas, conserva su valor...”
- “Pablo, debes saber que aunque a veces algo no salga como quieres, aunque la vida te arrugue o pisotee, sigues siendo tan valioso como siempre lo has sido... Lo que debes preguntarte es cuánto vales en realidad y no lo golpeado que puedas estar en un momento determinado.”
Pablo se quedó mirando a Laura sin atinar con palabra alguna, mientras el impacto del mensaje penetraba profundamente en su cerebro.
Laura puso el arrugado billete a su lado en la mesa y con una sonrisa cómplice agregó:
- “Toma, guárdalo, para que te acuerdes de esto cuando te sientas mal... pero me debes un billete nuevo de 50 € para poderlo usar con el próximo amigo que lo necesite.”
Le dio un beso en la mejilla y se alejó hacia la puerta.
Pablo volvió a mirar el billete, sonrió, lo guardó y con una renovada energía llamó al camarero para pagar la cuenta...
Comentario
¿Cuántas veces dudamos de nuestro propio valor, de que realmente merecemos más y que podemos conseguirlo si nos lo proponemos?
Dejemos unos momentos de silencio para pensar en todas las cosas buenas que somos. Todo eso que, aunque en algunos momentos se ensucie, sigue en nosotros firme.
Piensa y descansa en el amor firme e incondicional de Dios. Padre nuestro.