Lunes, 4 de diciembre

 Buenos días, 

Antes de iniciar nuestra oración de hoy, os pedimos que intentéis identificar cómo os sentís en este primer momento consciente del día y que, mentalmente, y durante unos segundos, os situéis en uno de los cuadrantes del Medidor Emocional.

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Este fin de semana hemos comenzado el Adviento y la preparación de la Navidad. 

Hasta las luces de la ciudad nos lo quieren recordar. Hasta las calles, se iluminan, se preparan para la Navidad. 

Adviento, para los cristianos, es un hermoso tiempo de preparación para vivir intensamente y con sentido la Navidad. Una Fiesta que nos reta a hace visible que DIOS se hace uno de nosotros, que está en todo ser humano, en su dignidad de hijo/hija de Dios.

Escuchamos, ahora con atención, el Evangelio que se proclamó este domingo y que nos invita a estar atentos y vigilantes en nuestra vida.  

 “Permaneced despiertos y vigilantes, porque no sabéis cuándo llegará el momento. Esto es como un hombre que, a punto de irse a otro país, deja a sus criados al cargo de la casa. A cada cual le señala su tarea, y ordena al portero que vigile. Así que permaneced despiertos, porque no sabéis cuándo va a llegar el señor de la casa: si al anochecer, a la medianoche, al canto del gallo o a la mañana. ¡Que no venga de repente y os encuentre durmiendo! 

Y lo que os digo a vosotros se lo digo a todos: ¡Permaneced despiertos!”.

PALABRA DEL SEÑOR


Y te invitamos a ponerte en sintonía con  este tiempo de preparación a través de esta canción: