Lunes, 25 de septiembre
Hoy te invitamos en este momento de iniciar el día a hacerla tuyas las propuestas de Jesús para todos nosotros, expresados en esta oración que llamamos PADRENUESTRO.
No digas “Padre”, si cada día no te sientes contemplado: amado y querido, como un hijo, una hija.
No digas “nuestro”, si vives encerrado en tu egoísmo, sin abrirte al amor a los demás.
No digas “santificado sea tu nombre”, si no le honras y respetas en los demás.
No digas “venga a nosotros tu Reino”, si lo confundes con el éxito material.
No digas “hágase tu voluntad”, si no la aceptas cuando te contraría o te produce contratiempo.
No digas “danos hoy nuestro pan”, si no te preocupas de las personas que pasan hambre y viven en dificultades.
No digas “perdona nuestras ofensas”, si no quieres perdonar o si guardas rencor a los demás.
No digas “no nos dejes caer en la tentación”, sino obras según tu conciencia y descuidas la novedad del Evangelio de Jesús.
No digas “líbranos del mal”, si no luchas contra la maldad, la desigualdad y la injusticia