Lunes, 5 de junio


Todos tenemos nuestro hogar, nuestra tierra, nuestro pueblo. Y está bien. Allí nacemos. Y allí pasamos los primeros años, al menos. Allí aprendemos canciones, calles, colores y nos acostumbramos a aromas, sabores, ruidos.

Luego, tal vez, toca moverse. Ojalá no sucumbamos entonces a la añoranza ni la nostalgia. Ojalá allá donde vayamos podamos sentirnos en casa, aunque evoquemos la infancia y sus lugares.

Ojalá nadie se sienta «extraño». Que el mundo es casa común que nos has dado, Señor, Tú que eliminas barreras y nos das un idioma común, el amor y la ternura.


Escuchamos Somos Redes: