Miércoles, 31 de mayo
Hoy, último día de Mayo, mes de María, celebraremos la fiesta de la visitación de María a su prima Isabel. Al enterarse de que su prima puede necesitar su ayuda, María no duda en ponerse en camino hacia Ain Karem, donde vivían Zacarías e Isabel.
Hoy vamos a unirnos en oración con una de las oraciones más antiguas de la Iglesia, recogida en el evangelio: el Magnificat que pronuncia María como respuesta al saludo de su prima Isabel.
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Y acabamos escuchando el Magníficat