Lunes, 27 de marzo

Hoy, Señor, al comenzar este nuevo día

te ofrezco todo lo que soy y lo que tengo.

Te ofrezco las pequeñas cosas que suelo hacer cada día:

el esfuerzo que supone levantarse,

la rutina de vestirse, desayunar e ir al colegio,

la monotonía de las clases

y la satisfacción de estar con mis amigos.

Te presento el tiempo de estudio y el descanso,

la relación con mis padres y con mis amigos

y el deseo de colaborar en la familia.

Gracias, Señor, porque todo

aún lo más ordinario y cotidiano,

es una oportunidad que me das 

para vivir intensamente,

poniendo amor en todo lo que hago.

Que al acabar el día, 

sienta la cercanía de tu presencia

y la satisfacción de saber que en este día

he hecho lo que a ti te agrada.


Canción: Vive lo que cantas (ixcis):