Jueves, 2 de febrero

El sufí Bayazid dice acerca de sí mismo: 

«De joven yo era un revolucionario y mi oración consistía en decir a Dios: ‘Señor, dame fuerzas para cambiar el mundo.

» A medida que fui haciéndome adulto y caí en la cuenta de que me había pasado media vida sin haber logrado cambiar a una sola alma, transformé mi oración y comencé a decir: ‘Señor, dame la gracia de transformar a cuantos entran en contacto conmigo. Aunque sólo sea a mi familia y a mis amigos.

» Ahora, que soy un viejo y tengo los días contados, he empezado a comprender lo estúpido que yo he sido. Ahora mi única oración es la siguiente: ‘Señor, dame la gracia de cambiarme a mí mismo, de cambiarme a mí misma.

»Si yo hubiera orado de este modo desde el principio, no habría malgastado mi vida.»

(El canto del pájaro, Anthony de Mello)



Para que hoy, sea un día feliz:

En tus manos pongo mis pensamientos, 

mis acciones y mis palabras.

Guíanos hoy, Señor, para no hacer daño a nadie

Guíame hoy para realizar bien el trabajo del día.

para escuchar y ayudar y, si cabe, consolar. 

Guíame, Señor, de acuerdo a tu voluntad 

para pensar, decir y actuar. 

Sácanos de nosotros mismos, y abre nuestro corazón

para servir y ayudar a los que necesitan ayuda y apoyo, desde la humildad que me lleve al amor, donde hoy pueda encontrarte a ti. Amén.