Viernes 4 de noviembre de 2022.

Este domingo que viene, en la Eucaristía, escucharemos una lectura de la carta de San Pablo a una Comunidad de Cristianos en Tesalónica. Hoy  acogemos como pistas de crecimiento para nuestra vida este fragmento de esa misma carta. (2Te 2,16-3,5)

 

Que el mismo Señor Jesucristo, y Dios nuestro Padre, que en su bondad nos ha amado y nos ha dado consuelo eterno y una buena esperanza, anime vuestro corazón y os mantenga firmes, para que todo lo que digáis y hagáis sea bueno.

Por último, hermanos, orad por nosotros, para que el mensaje del Señor llegue pronto a todas partes y sea recibido con estima, como sucedió entre vosotros. Orad también para que Dios nos libre de los hombres malos y perversos, porque no todos tienen fe. Pero el Señor es fiel y os mantendrá firmes y os protegerá del mal. En el Señor tenemos confianza en que vosotros hacéis y seguiréis haciendo lo que os hemos indicado. Que el Señor os ayude a amar como Dios ama y a tener en el sufrimiento la fortaleza de Cristo.

 

                                   (Comentar alguna de estas invitaciones de San Pablo.)

 


 

Los gestos de amor y de ternura de Dios animan nuestro corazón a hacer lo mismo con todas las personas.     Amar como Dios nos ama: gratuitamente.

Tener la fortaleza y fuerza de Cristo en las dificultades.