Jueves 3 de noviembre de 2022.

 v    El joven Hermano Gabriel supo ilusionarse por su proyecto y hacer que otros jóvenes compartieran y se unieran a su sueño e ilusión y llenaron de color sus vidas  y sus sueños compartidos, viviendo como jóvenes Hermanos.

 

v    Nos dice en uno de sus recuerdos:

 


Esas mismas tareas de maestro, de animador del canto y de animación de la liturgia (que había vivido desde los 16 años hasta los veintitantos años en Belleydoux, con la gente de mi pueblo) continué después enseñárselas a otros jóvenes Hermanos, pero más como fruto de mi larga experiencia personal que de mi capacidad intelectual, que ha sido siempre mediocre. Reconozco que sin la ayuda de Dios, yo no hubiera podido llevarlas a cabo y no hubiera servido para nada.                                      

 

        Vivir la vida en positivo como Gabriel

Consiste en encontrar la pequeña llama (de ilusión, de sueños…)

que continúa aún ardiendo;

la caña que parece quebrarse,

pero que todavía no se rompe.

Es la capacidad de encontrar caminos donde otros ven sólo murallas;

es la habilidad de reconocer posibilidades donde otros ven solamente peligros.

            Así es la mirada de Dios Padre,

            apaz de valorar y alimentar

            las semillas de bien sembradas

            en los corazones de los jóvenes.

 

El corazón de cada joven debe

ser considerado “tierra sagrada”, portador de semillas de vida divina,

ante quien debemos “descalzarnos”

para poder acercarnos y profundizar en el Misterio.” (CV, 67)

 

 

Abriendo Caminos (Javi Sánchez)