Viernes 30 de septiembre de 2022.
CUANDO ME AMÉ…
Cuando me amé comencé a comprender por qué es ofensivo tratar de forzar una situación o a
una persona, solo para alcanzar aquello
que deseo. Hoy sé que el nombre de eso es… respeto.
Cuando me amé comprendí que, en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto
y en el momento preciso. Y, entonces, pude relajarme. Hoy sé que eso tiene
nombre… autoestima.
Cuando me amé comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable: personas y
situaciones, todo y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. Al principio,
mi razón llamó egoísmo a esa actitud. Hoy sé que se llama… amor hacia uno mismo.
Cuando me amé de verdad, desistí de
querer tener siempre la razón y, con eso, erré muchas menos veces.
Así descubrí la… humildad.
Cuando me amé dejé de preocuparme por no tener tiempo libre y desistí de hacer grandes
planes, abandoné los mega-proyectos de futuro. Hoy hago lo que encuentro
correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo.
Hoy sé, que eso es… simplicidad.
Cuando me amé tiernamente comprendí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando yo
la coloco al servicio de mi corazón, es una valiosa aliada. Y esto es… ¡saber vivir!
No debemos tener miedo
de cuestionarnos…
§ SI PUEDO…
Si puedo…..
Si puedo hacer, hoy,
alguna cosa,
si puedo realizar algún
servicio,
si puedo decir algo bien
dicho,
dime cómo hacerlo, Señor.
Si puedo arreglar un fallo
humano,
si puedo dar fuerzas a mi
prójimo,
si puedo alegrarlo con mi
canto,
dime cómo hacerlo, Señor.
Si puedo ayudar a un
desgraciado,
si puedo aliviar alguna
carga,
si puedo
irradiar más alegría,
dime cómo
hacerlo, Señor
(Grevnille Kleiser)